Comportamiento de la Astenosfera

 

La astenosfera es la zona superior del manto terrestre que se encuentra situada entre la litosfera y la mesosfera; comprende aproximadamente entre los 30 a 150 kilómetros de profundidad. Está compuesta por materiales silicatados dúctiles, en estado sólido y semifundidos de forma parcial o totalmente (según su profundidad o proximidad a bolsas de magma), que permiten la deriva continental y la isostasia.

Astenosfera y corrientes de convección, es.wikipedia.org.

Su comportamiento se considera estar asociado a las corrientes de convección generadas por el calor del interior de planeta hacia el exterior. Sirviendo de este modo, como un medio lubricante y pasivo, que permite a la litosfera rígida flotar y desplazarse. De allí su nombre, que en  griego significa: ἀσθενός, ‘sin fuerza’ + σφαῖρα, ‘esfera’.

Sin embargo, en estudios recientes realizados por la Universidad de Houston (2021) y presentados en Nature Communications, sugieren que en realidad puede fluir vigorosamente en algunas partes del planeta. Al identificar corrientes de rocas suficientemente poderosas, como para impulsar los movimientos de las placas.

Imagen de la superficie deformada del Caribe, donde se muestra su inclinación debido al manto que fluye hacia el este debajo del Caribe, que empuja hacia arriba el Caribe occidental. Imagen: Universidad de Houston.

El descubrimiento que da pie a esta teoría, tiene lugar desde el Océano Pacífico, hasta la masa continental de América Central, visto por supuesto desde un plano subterráneo, donde se encuentra una especie de río de roca que lleva activo unos 8 millones de años, pudiendo ser el flujo de apoyo por la cual Centroamérica ya no está debajo del nivel del mar, elevando el lecho marino suprayacente varios cientos de metros e inclinándose hacia el noreste, donde están las Antillas Menores. 

Según los investigadores, sin el efecto de acción que ejerce la astenosfera en la zona, Los océanos Atlántico y Pacífico estarían conectados sin la necesidad del Canal de Panamá actual. Otro punto resaltante es la velocidad que presenta el flujo, el cual se mueve unos 15 centímetros al año, tres veces más rápido que una placa tectónica promedio. 

Este descubrimiento tiene implicaciones, incluso, en la concepción misma que tenemos de la superficie del planeta, las fuerzas tectónicas y los fenómenos naturales que evolucionan en el tiempo, como por ejemplo, la aparición y desaparición de mares poco profundos, puentes terrestres bajos y las fuerzas que mueven las placas tectónicas y provocan terremotos.

Fuentes:

www.nature.com

www.ngenespanol.com

www.es.wikipedia.org.

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